quinta-feira, 18 de fevereiro de 2016

EL VENTANO - 18 DE FEVEREIRO DE 2016

Las capillas católicas siguen presentes en universidades, cuarteles y hospitales públicos

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Momento de la ocupación de la capilla de la Complutense

Este jueves, la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, va a juicio acusada de participar en una protesta de la capilla católica de la Universidad Complutense del campus de Somosaguas en 2011 junto a un grupo de estudiantes. El fiscal le acusa de un delito de odio religioso y pide para ella un año de prisión e inhabilitación para presentarse a unas elecciones.
El caso pone de manifiesto la inusual presencia de la Iglesia católica en el ámbito público y, especialmente, la existencia de capellanías sufragadas con el dinero público en la universidad. Así que con el presupuesto universitario se sufraga luz, agua, mantenimiento, limpieza, además de la cesión del local. Del capellán, en los campus que tienen, se encarga la Iglesia.
En España existen al menos 33 capillas católicas en centros universitarios públicos. La gran mayoría, una veintena, se encuentra en Madrid. Ocho en la Complutense y la Politécnica, cuatro en la Autónoma y otra en la Rey Juan Carlos. Pero también hay tres en Sevilla y al menos una en Barcelona. La Laguna, Zaragoza, Alcalá, Alicante, Córdoba, Salamanca, Santiago, Oviedo, Huelva o Pamplona completan la lista.
En este caso, y a diferencia de lo que sucede en hospitales, las cárceles o el ejército, el Concordato de 1979 no obliga a las autoridades educativas a ofrecer ni a sufragar estos servicios, y solo indica que la presencia católica en las universidades “se hará de mutuo acuerdo con las diócesis”.
En los últimos tiempos, como también sucede en los hospitales, las universidades públicas están comenzando a habilitar salas multiconfesionales, espacios diáfanos y sin ninguna simbología religiosa para que cualquier persona sea cual sea su confesión, pueda encontrar un lugar en el que rezar.
En cuanto a los hospitales, la práctica totalidad de los centros públicos cuenta con capillas católicas aunque algunos, especialmente los nuevos, están creando “salas de culto” que pertenecen a la institución hospitalaria y no a un credo determinado. La presencia de capillas católicas también es una constante en tanatorios, centros penitenciarios y, por supuesto, en el ejército, donde existe una capellanía cuyo máximo responsable, el arzobispo castrense, tiene rango de general de división.
Los servicios religiosos en el Ejército los sufragan los presupuestos generales del Estado. En las cárceles y los hospitales, depende del acuerdo entre la diócesis y la administración autonómica, aunque la práctica habitual es que si el sacerdote trabaja como tal en alguna parroquia, reciba un complemento por su trabajo. Si no está adscrito a ninguna otra función, el sueldo forma parte del presupuesto de la prisión o el centro hospitalario correspondiente.
Según datos de 2014, en España existían 415 capellanes dedicados a tiempo parcial o completo en hospitales. En los centros penitenciarios trabajaban un total de 146 capellanes, la mayoría católicos, aunque también existen evangélicos, judíos y musulmanes. Su coste superaba los 300.000 euros para el Estado. En cuanto al Ejército, la información aportada por el gobierno hablaba de 74 capellanes castrenses, 2 vicarios episcopales y un arzobispo castrense. El coste de este servicio fue el año pasado de más de 470.000 euros.

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