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- Mariano Rajoy: una boya agarrada a un muerto desconocido
- No más #UErfanos en el Mediterráneo
- Bailando con esqueletos
- Niños y mujeres impiden a puñetazos y mordiscos la detención de un adolescente en Palestina
- El poder financiero culmina el control de los grandes medios de comunicación
Mariano Rajoy: una boya agarrada a un muerto desconocido
Posted: 30 Aug 2015 01:03 AM PDT
Cuando el agua sucia de la corrupción le llegaba hasta la barbilla, su cabeza se convertía en una boya que se balanceaba a merced de las olas sin que le importaran una higa críticas e improperios. El tiempo todo lo cura y un escándalo se tapa con otro escándalo. Una vieja táctica franquista que Rajoy ha ejercido con absoluta maestría (Manuel Vicent) Sucede a veces que, en un día de temporal, alguna gente desde la orilla del mar contempla con angustia un punto negro que se debate a lo lejos en medio del oleaje. Los más pesimistas creen que se trata de la cabeza de un náufrago, pero al comprobar que ese punto negro zarandeado por las olas permanece a flote siempre en el mismo lugar, alguien más avezado exclama: “No es un náufrago. Es una boya que está bien agarrada a un muerto”. Eso es exactamente Mariano Rajoy, una boya resistente a cualquier temporal político, que logra sacar la cabeza cuando todo el mundo piensa que se ha hundido. No es un elogio. Un político que flota también puede ser un corcho o el madero del propio naufragio. Antes de llegar a La Moncloa ya era admirable la impasibilidad con que Mariano Rajoy contemplaba cómo el oleaje de la corrupción batía la sede de Génova, su propia casa, y él allí se fumaba un puro mientras el nivel del agua, después de inundar varias plantas, llegaba hasta la puerta de su despacho de presidente del Partido Popular. Al otro lado del tabique el tesorero Bárcenas apuntaba a mano las entradas y salidas de un supuesto dinero sucio en una libreta de tendero de ultramarinos; también andaban por allí un supuesto repartidor de sobres repletos de billetes de 500 y unos albañiles dando martillazos por los pasillos al mando de un arquitecto, que supuestamente cobraba en negro los trabajos de la reforma del edificio. Rajoy se limitaba a rascarse un pie. Cuando el agua sucia de la corrupción le llegaba a Rajoy hasta la barbilla, y sus adversarios políticos decían: de esta vez no lo pasa, esta vez se hunde Mariano, en ese momento su cabeza se convertía en una boya que se balanceaba a merced del vals de las olas sin que le importaran una higa críticas e improperios. El tiempo todo lo cura, un escándalo se tapa con otro escándalo hasta que el ciudadano toma como propio el hedor a basura y echa la culpa al aire. Esta vieja táctica franquista es un arte que Rajoy ha ejercido con absoluta maestría. La carrera de este político ha atravesado diversas fases: la de burócrata provinciano, la de alto funcionario adaptativo, la de responsable de varios ministerios por los que pasó como un héroe de poltrona sin levantar pasión alguna a favor o en contra, una actitud que en ese circo de fieras al final le dio buen resultado, por ejemplo, el que Aznar posara el dedo en su frente y lo eligiera sucesor creyéndole el más maleable. “Este no me va a clavar el puñal por la espalda, aunque solo sea por no tomarse la molestia de levantar un brazo”. A veces da mucha pereza ser un traidor. Rajoy perdió las elecciones generales de 2004 a causa de la mentira sobre el atentado de Atocha, un embolado en el que le había metido su padrino Aznar, pero la siguiente derrota de 2008 ya se la había ganado él a pulso. Todos creyeron que esa nueva ruina electoral era el fin de Mariano Rajoy. De hecho, desde el balcón de Génova se despidió de sus partidarios con esa sonrisa húmeda y la mano blanda, apoyado en su mujer, adiós, adiós, hasta siempre, como se despiden los pasajeros desde cubierta del barco al zarpar. Comenzaba en ese momento su segunda travesía hacia la nada. Le esperaban en el estrecho los monstruos marinos de Escila y Caribdis, bajo la forma humana de Esperanza Aguirre y José María Aznar. Balanceándose entre este par de pulpos, uno que por abajo le amenazaba con quitarle la sardina de la boca, otro imponiendo su mala sombra de inspector por arriba, logró salvar el doble peligro y su carácter de boya humana terminó por ser aceptado por sus partidarios como un valor de uso. He aquí un corcho de mucho peso, se dijeron los suyos, algún arte deberá de tener cuando no se hunde. En medio de los escombros de la crisis que a Zapatero le cayeron encima sin enterarse, por fin, Mariano Rajoy llegó a La Moncloa. Lo mismo que el mar aprovecha cualquier temporal para purgarse y el oleaje arroja a la playa algas podridas, peces muertos con la tripa llena de petróleo, toda clase de latas y plásticos, el ciudadano ha asistido durante esta legislatura del Partido Popular a la purga de los recortes y despidos envueltos en la basura de la corrupción. Ahora Rajoy en medio del temporal se ha rodeado de unos jóvenes que lucen camisas de marca y gafas de espejo, preparados para dar leña al mono y repetir por doquier día y noche el mantra de la salida de la crisis y de recuperación económica. ¿Cuál es el muerto al que se agarra la boya de Rajoy? Se trata de un misterio que nadie acierta a descifrar. Manuel Vicent |
No más #UErfanos en el Mediterráneo
Posted: 29 Aug 2015 10:46 PM PDT
"Esto no puede estar ocurriendo. No sin que nadie haga nada. No es posible que miles de personas refugiadas pierdan la vida en nuestras aguas ante la pasividad de las autoridades europeas. Y nosotros tampoco podemos mirar hacia otro lado. Porque si nadie actúa para evitar esta tragedia, será la Europa de los valores la que se acabe hundiendo". Así comienza la campaña iniciada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que viene acompañada por una tremenda imagen de lo que podría ser la bandera de la Unión Europea. La entidad ha elaborado un manifiesto, para el que pide firmas a través de la red, en el que pide "oner en marcha una operación de rescate y salvamento eficaz que cuente con los medios y el alcance necesarios, cumpliendo con el deber de socorro, con el fin de evitar más muertes en el Mediterráneo". También solicitan "habilitar vías legales y seguras que garanticen el acceso al derecho de asilo a las personas refugiadas evitando que tengan que emprender travesías mortales". Para ello consideran necesario, entre otras medidas "reforzar los programas de reasentamiento", "garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en los países de origen y tránsito", "activar políticas de concesión de visados humanitarios" y "hacer realidad la Directiva Europea de Protección Temporal para hacer frente a emergencias humanitarias". |
Bailando con esqueletos
Posted: 29 Aug 2015 09:30 PM PDT
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Niños y mujeres impiden a puñetazos y mordiscos la detención de un adolescente en Palestina
Posted: 29 Aug 2015 09:37 AM PDT
Viernes 28 de agosto. Aldea de Nabi Saleh, cerca de Ramala, sede de las instituciones en Cisjordania. Activistas palestinos se manifiestan contra la ocupación israelí. Uno de los militares intentó detener a un chico de 12 años porque dijo que les había tirado piedras, lo que le podría suponer hasta 20 años de cárcel. Los gritos del chaval atraen a un grupo de activistas, sobre todo mujeres y niños, que se enfrentan al soldado a puñetazos y mordiscos. Ante su determinación para que no se llevasen al chico, el mando de la unidad militar se ve obligado a dejarle marchar. Una escena más de las salvajadas del Ejército israelí en Palestina que no se hubiera conocido de no estar presentes la prensa internacional. |
El poder financiero culmina el control de los grandes medios de comunicación
Posted: 29 Aug 2015 04:14 AM PDT
La reciente venta del 50% de 'The Economist', semanas después de la compra por los japoneses de Nikkei del 'Financial Times, culmina un proceso que está llevando a los grupos financieros más poderosos a controlar los medios de comunicación más influyentes de Europa y Estados Unidos. "Cada vez quedan menos medios estrictamente independientes", reconoce el nuevo dueño del diario francés 'Liberation y de 'L'Express', Patrick Drahi. El poder financiero está tomando posiciones muy destacadas en los medios de comunicación más influyentes, señala la publicación especializada Media-Tics. Destaca que, al desprenderse el grupo británico Pearson del 50% de The Economist, el holding Exor pasa a ostentar el 43,7 por ciento de su capital, frente al 4,7 por ciento que disponía hasta ahora. El holding Exor es propiedad de la familia Agnelli, que son los dueños de la Fiat, del diario italiano "La Stampa" y del 16,5% del "Corriere della Sera". Además los Agnelli poseen importantes paquetes en Banthan Libros, en Random House, en la Italiana Editrice, en RCS MediaGroup y en Le Monde. Otro poder emergente en The Economist es la familia Rothschild, que de una pequeña participación accionarial en el influyente semanario pasa ahora al 26%. Otras familias poderosas, como Cadbury y Schroeder, figuran también entre sus accionistas. Media-Tics destaca que esta transacción se inscribe en un movimiento general bastante aplastante: el poder financiero se está apoderando del poder mediático, muchas veces a precios de saldo gracias a la gran crisis de los medios tradicionales ante el desafío digital. Y recuerda: en Gran Bretaña, Murdoch es el dueño del 'Sun y del 'Times'. Los hermanos Barclay tienen el 'Telegrafo', la familia Rothermere controla el 'Daily Mail'. En Suecia domina la familia Bonnier y los grandes millonarios controlan grandes parcelas del poder mediático alemán. En Francia, casi toda la prensa escrita está en manos de millonarios. El influyente diario económico 'Les Echos' está en manos del hombre más rico de Francia, propietario del imperio del lujo LVMH, Bernard Arnault; el diario de izquierda 'Liberation' ha caído en manos de Patrick Drahi, presidente del Grupo Altice, y 'Le Monde' es hoy propiedad de tres multimillonarios: Pierre Berger (Yves Saint Laurent), Xavier Niel (Telefónica Free) y Matthieu Pigasse. En EEUU, Warrent Buffet, magnate norteamericano con una fortuna personal estimada en 72.700 millones de dólares, posee 69 periódicos regionales. El financiero John Henry compró a su vez 'The Boston Globe', y la familia Sulzberger sigue al frente del 'The New York Times'. Fuente
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ANTÓNIO FONSECA
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