Nos encontramos en un momento de oportunidad histórica, de poder cambiar la correlación de fuerzas que nos llevan gobernando en Aragón las últimas décadas, una oportunidad que depende de la generosidad, audacia y capacidad de leer y entender bien el momento que vivimos, para que esa realidad se convierta, en histórica.
La alternativa de cambio está más cerca que nunca y por tanto, la posibilidad de revertir las políticas que llevamos padeciendo con los últimos gobiernos y de forma más intensa y dura, con el último gobierno conformado por el Partido Popular y el PAR. Una Alternativa necesaria e imprescindible para poder ofrecer esperanza a la inmensa mayoría que viene sufriendo desde hace más de siete años, esta estafa, denominada crisis, que han utilizado para quitarnos derechos y dejarnos vulnerables y muchas veces en el más absoluto desamparo ante quienes ejercen el poder.
Es posible, sin embargo, enfrentarse a ellos y cambiar la actual situación: no hay un futuro escrito y preestablecido, sino que somos todos y todas, en conjunto, quienes debemos coger las riendas de nuestro destino.
En esa lucha Izquierda Unida de Aragón quiere participar e implicarse, y por eso se ofrece para ayudar a construir y participar en el sujeto colectivo que sea capaz de luchar y enfrentarse, con garantías de éxito, a quienes arrebatan el poder al pueblo. Y se ofrece con su discurso, producto de la elaboración colectiva, del análisis y el encuentro de quienes pretendemos la transformación social; también con su historia y su bagaje de luchas y reivindicaciones, siempre al lado de la mayoría oprimida.
Y, por supuesto, con su gente. Con quienes ayer se enfrentaron a la Dictadura; hoy, junto con quienes paran desahucios, junto con quienes defienden lo público porque es nuestro, de todas y todos, y la garantía de poner los mecanismos necesarios para ejercer nuestros derechos.
En estas próximos fechas debemos aprovechar la ocasión y tratar de ocupar espacios de poder político. Pero no sólo: el cambio electoral necesita estar respaldado por una mayoría social que lo convierta en decisivo, que le dé la fuerza necesaria para abordar la transformación social, política y económica que permita construir otra realidad muy diferente a la que nos están imponiendo. Que el pueblo sea el verdadero protagonista de su destino y pueda ejercer el poder que le ha sido arrebatado.
Para todo ello, es necesario soñar otro Aragón, ser capaces de construir otro Aragón, ese en el que las personas sean las que realmente decidan y participen activamente en el diseño y en la propia acción política. Un Aragón que defiendo, un Aragón que sea feminista, anticapitalista y de izquierdas, un Aragón rebelde, en el que la economía esté al servicio de las personas, en el que las libertades y la igualdad no sean concesiones sino obligaciones que proteger.
Pero no basta con soñar: hay que actuar para convertir esos sueños en realidad, es decir, hay que hacer Política, sí, Política con mayúsculas, y no dejar que nos la hagan. Hay que asumir el tomar las riendas, dar un paso al frente y no renunciar a nuestra responsabilidad. Eso es lo que defendemos junto a un trabajo basado en lo colectivo y reivindicando la participación social como elemento imprescindible para afrontar la tarea que, como sociedad, tenemos por delante.
Es nuestro tiempo, el tiempo de las personas comprometidas, de esas personas imprescindibles, honestas, con propuesta y alternativa, personas de las imprescindibles de las que han estado, están y seguirán estando en las calles, en las plazas, en las luchas, en las movilizaciones.
Es el tiempo de las personas imprescindibles, de esas personas que nos atrevemos a soñar otro Aragón, pero sobretodo es el tiempo de las gentes que nos atrevemos a construirlo. Es nuestro tiempo, es el tiempo de la izquierda.
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