Ada Colau, candidata de Barcelona en Comú, será probablemente la próxima alcaldesa de Barcelona. Con sus 11 concejales de los 41 con que cuenta el Ayuntamiento, la candidatura ciudadana tendrá que basar su actuación en pactos estables, según afirma Colau. Este es un extracto de su entrevista en El País.
Algunos sectores económicos han mostrado su inquietud por su victoria. ¿Quién debe tener miedo de Ada Colau? A mí no me gusta ni sentir miedo ni dar miedo. Pero pedimos igualdad de trato y de oportunidades para todo el mundo, algo que no ha habido los últimos años. Solo deben tenerme miedo los corruptos y los grandes especuladores que atentan contra el bien común.
Su discurso económico se centra en fomentar la economía cooperativa y la rehabilitación de viviendas. ¿Se puede ayudar a los 90.000 parados de Barcelona sin cuidar a las grandes multinacionales? El 95% de las empresas de Barcelona tiene menos de 10 trabajadores. No se trata de cuidar o descuidar, se trata de colaborar con todo el mundo con autónomos, comercio y pymes, que son los que representan a la mayoría y casi no han recibido apoyo. Estaremos encantados de trabajar con la gran empresa, pero poniendo condiciones y pidiéndoles mayor retorno sobre la ciudad. Ahora tenemos grandes empresas con grandes beneficios que no revierten en la ciudad sino que se los llevan al extranjero y a paraísos fiscales mientras aquí generan empleo precario. En resumen, mayor liderazgo público para impulsar el modelo de ciudad que queremos.
¿Qué le dirá por lo tanto a una hamburguesería que quiera abrir en la ciudad pagando 800 euros a sus trabajadores? Queremos que se abran negocios pero que repartan riqueza y que paguen salarios dignos, y tengan horarios razonables que permitan la conciliación. Una de las medidas que impulsaremos es el sello de calidad contractual. El Ayuntamiento debe utilizar su potencia económica para impulsar buenas prácticas y pidiendo ejemplaridad a las empresas que trabajen con él.
Dice que revisará contratos y convenios. ¿Afectará ello a Fira de Barcelona? No hablamos de paralizar nada ni de los contratos que permiten la actividad de los servicios públicos, nada de esto peligra. Hemos puesto la alerta de dos cuestiones que queremos revisar. Una es revisar grandes adjudicaciones que pueden ser contrarias al bien común. También dijimos que no impulsaremos grandes proyectos. Haremos auditorias sobre organismos sobre los cuales la ciudadanía tiene la percepción de que no hay transparencia.
¿Hará públicos todos los sueldos y contratos? Lo normal debería ser la transparencia, no la excepción y más cuando se habla de dinero público. Lo haremos siempre que se protejan los datos.
¿Se puede limitar el número de turistas? Hay que mirarlo seriamente. Cuando hablo de hacer un plan estratégico contando con todos los actores debe servir también para ver cuál es el límite de carga, porque alguno habrá. Si no queremos ser Venecia, algún límite de carga del turismo habrá que poner en Barcelona. Podemos crecer más, pero no sé hasta donde.
¿Realmente multará, y no solo de forma simbólica, a los bancos que tengan pisos vacíos? Si no colaboran, sí. Nuestro objetivo será que colaboren a través la mesa de la vivienda. Las sanciones a los bancos que no colaboren serán cuantiosas y no simbólicas.
¿Dejará de trabajar con bancos que desahucien? Priorizaremos trabajar con las entidades que colaboren con los objetivos de la ciudad.
Tiene once concejales sobre 41. ¿A estas alturas todavía no ha decidido si quiere un gobierno de coalición o con apoyos externos? Somos la fuerza más votada y tenemos el encargo de formar Gobierno, pero también sabemos leer el resultado de las elecciones: ha habido una pluralidad en el consistorio que obliga al diálogo. Afortunadamente hay fuerzas con las que hay muchos puntos en común. Con 11 concejales, los pactos cuanto más estables mejor.
ERC le pide comprometerse con la independencia de Cataluña. ¿Convocará una consulta para decidir si entran en la Asociación de Municipios para la Independencia? En la medida que ello supone sumarse una entidad que apuesta por la independencia, no deja de ser una consulta, un referéndum encubierto sobre la independencia. Nosotros estamos dispuestos a convocar una consulta sobre ello porque tenemos un compromiso serio con el derecho a decidir, a diferencia de CiU.
¿Qué harán si se les impugna esta consulta? Defenderemos que se puede hacer. Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen. Pero lo irrenunciable ahora, cuando la ciudadanía pide un cambio es que la última palabra la tengan los ciudadanos. Si queremos relegitimar nuestras instituciones, y yo lo quiero firmemente y la mayoría de la gente lo que quiere tener más y mejor democracia, es inapelable que la gente pueda tener la última palabra en grandes cuestiones.
En apenas una semana también parece que ya tiene enemigos en la Guardia Urbana. ¿Puede gobernar si tiene a este cuerpo de seguridad en contra? La Guardia Urbana tiene miles de funcionarios y nosotros llevamos semanas reuniéndonos con agentes que tienen muchas ganas de colaborar para mejorar el servicio. No pongamos a todo el mundo en el mismo saco. No es lo mismo lo que puedan decir algunos mandos designados políticamente, que todo el cuerpo. Hemos dicho y repetimos todo el apoyo, reconocimiento a su trabajo, que es delicado y fundamental porque hablamos de la seguridad. Eso sí, hay cosas que no han funcionado y han generado alarma social. Ha habido casos de torturas gravísimos, ha habido malas praxis, condenas por casos de tráfico de drogas o prostitución. Está claro que algo hay que revisar para que nadie pueda cuestionar la Guardia Urbana.
¿Desmantelará la unidad antidisturbios? Se trata de reorientar progresivamente un modelo, que tiene la parte represiva sobredimensionada, hacia funciones de proximidad y mediación que es la razón de ser de la policía municipal.
Fuente: 'ccaa.elpais.com/ccaa/2015/05/31/catalunya/1433095687_171375.html'