quinta-feira, 18 de fevereiro de 2016

EL VENTANO - 18 DE FEVEREIRO DE 2016

“Tuve que abortar sola en el cuarto de baño del hospital”

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“Tuve que abortar sola en el cuarto de baño de una habitación del hospital público de A Coruña hace dos años. Estaba de cinco meses, tras someterme a un tratamiento de fertilidad, y mi bebé tenía malformaciones”. María (nombre ficticio de una coruñesa de 40 años), recuerda el calvario que pasó para expulsar, sin asistencia sanitaria y sin epidural, el feto que tanto trabajo le había costado concebir. La dirección del centro afirma que “cumplimos el procedimiento normal”.
Dos años después, la plataforma por el derecho al aborto convoca una concentración para este jueves en el hospital coruñés para denunciar el mismo trato, “que incumple todos los protocolos internacionales”, a las mujeres que acuden a someterse a una interrupción del embarazo a partir de las 14 semanas de gestación.
María ingresó en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña un lunes sobre las 10 de la mañana, y la enfermera de planta y una auxiliar le dieron los comprimidos para a inducción del parto con las explicaciones pertinentes. “Hasta después de las 11 de la noche, una vez que conseguí expulsar el feto, no me visitó la ginecóloga”, asegura. Abortó sola en el váter, tras introducirse ella misma en la vagina, cada dos horas, los comprimidos.
La situación no ha cambiado. Las embarazadas de más de 14 semanas de gestación que acuden a abortar al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña en los supuestos recogidos en la ley, siguen pasando por lo mismo que ella, según denuncia la Plataforma gallega en defensa del aborto. Tanto este colectivo como el Centro de Planificación Familiar de A Coruña aseguran que el hospital aboca a las mujeres a abortar solas en su cama o en el váter de la habitación y sin anestesia.
El caso de María desmiente la versión de los responsables del hospital. La ginecóloga la atendió por primera una vez cuando consiguió, por fin, expulsar al feto. La enfermera y la auxiliar acudieron entonces a limpiarla “y se fueron las tres”. Cuando salió del hospital intentó denunciar lo ocurrido, aunque, tal y como explica, le faltaron fuerzas: acabó asistiendo a terapia psicológica en el centro municipal de planificación. Por eso cuenta su caso ahora. “Quiero sacarme esta espina porque no pude en su momento”, explica.
Las mujeres que acuden ahora al hospital de A Coruña con una gestación superior a las 14 semanas se encuentran con dos opciones para interrumpir el embarazo; y que se incluye en los supuestos contemplados por la ley en vigor (malformaciones fetales incompatibles con la vida o problemas de salud para la madre). Pueden elegir entre someterse al aborto sin apoyo sanitario en el hospital público o acudir a una clínica privada-concertada en Madrid.
La situación se mantiene pese a las denuncias reiteradas de asociaciones feministas y de la Plataforma en defensa del derecho al aborto que sostiene que, el pasado julio, remitió un escrito a la Gerencia y a las directoras médica y de enfermería del centro hospitalario describiendo el incumplimiento de los protocolos internacionales sobre derechos sexuales y reproductivos —en los que se especifica que la mujer que aborta debe ser atendida en todo momento por profesionales de ginecología, médico o matrona, y que deben tener un aborto asistido en un paritorio y no en la habitación de ingreso—.

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