El pantano de Yesa se construyó con datos erróneos sobre los parámetros geotécnicos
El profesor de Geomorfología y Geotecnia de la Universidad de Navarra, Antonio Aretxabala, ha afirmado en el Parlamento de Navarra que el movimiento de la ladera de Yesa “no se ha parado” y ha asegurado que “estas inestabilidades no solamente son provocadas, sino que se está jugando con fuego”.
Aretxabala ha señalado que “ha habido promesas basadas en datos erroneos sobre los parámetros geotécnicos, por lo tanto la seguridad sigue siendo una promesa”, y ha añadido que todos los movimientos que se han registrado han sido “provocados por el hecho de excavar”.
El profesor ha explicado que los propios datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro atestiguan que se están registrando movimientos en la ladera y ha señalado que “el recrecimiento del embalse no puede ser la solución” a las inestabilidades. “Yesa ha sido un escándalo por no conocer el terreno, por no conocer la estructura”, ha subrayado, para añadir que lo ocurrido no ha sido producto de la naturaleza sino de un “error” humano.
Por su parte, Pedro Arrojo, profesor emérito de la Universidad de Zaragoza, ha planteado ante los diputados navarros que se renuncie al recrecimiento del pantano de Yesa y que se ponga en marcha un nuevo sistema de regulación del agua en tránsito, recurriendo a presas menores.
El también diputado de Podemos por Zaragoza ha advertido durante su intervención de que aunque Yesa se recreciera y aportara mil hectómetros cúbicos más de agua, “no cabe más agua por el Canal”. “Este agua no se ha diseñado propiamente para el regadío, no por ninguna maldad, sino porque como reconocen los regantes la capacidad de agua está saturada. No cabe más por el Canal”, ha afirmado.
A juicio del profesor, “la única forma de aprovechar más agua para el sistema es la regulación en tránsito, a través de presas y balsas que están dentro del sistema y que se llenarían en invierno o en otoño cuando los canales están baldíos, y ahí sí se puede utilizar el agua para el riego”. “Más allá de las buenas o malas intenciones, el canal no admite más agua en tiempo de riego”, ha indicado.
Arrojo ha planteado tres propuestas: la modernización del sistema de regadío en 44.000 hectáreas, la retirada del riego indemnizado en 8.000 hectáreas de baja productividad por problemas de salinidad y drenaje (en gran medida cultivos de arroz); y la puesta en marcha de un sistema de presas y balsas de regulación en tránsito.
Agencias
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