La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que está siendo juzgada este jueves por un delito de ofensa de los sentimientos religiosos por el asalto a la capilla católica del campus de Somosaguas en 2011, ha admitido que participó en ese hecho y que se quitó la camiseta quedándose en sujetador, “para protestar por la ocupación de un espacio público”.
Maestre
ha dicho que “han pasado 5 años”, “fueron 5 minutos” y “no recuerda la literalidad” de los gritos que profirió en la capilla dentro de un grupo “de unas 20 personas” que, según las acusaciones, corearon eslóganes como “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”, “el Papa no os deja comernos las almejas”, “menos rosarios y más bolas chinas”, “contra el Vaticano poder clitoriano”, “arderéis como en el 36” o “sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios”.
Maestre ha admitido que se situó en la zona del altar de la capilla cuando el capellán y varias personas se encontraban en el lugar rezando.- ¿Usted fue de las personas que se quitó la camiseta?, preguntó la fiscal-Sí- Se quedó el sujetador- Sí- ¿No le parece ofensivo?- Bueno… Un torso desnudo no tiene por qué ofender.-¿Ni siquiera si eso se produce en un altar?- Es que no se realizó en ningún altar, no hubo ningún contacto con el altar.- Pero era la zona del altar, ¿le parece legítimo?- Las protestas pacíficas son legítimas.
La fiscal
preguntó a Maestre si, con 22 años y estudiando Ciencias Políticas, conocía los derechos fundamentales, entre ellos la libertad religiosa. “Claro -respondió la acusada-, pero no estábamos hablando de la libertad religiosa sino de que una facultad pública, con una histórica carencia de espacio, dedicara uno a una capilla católica o de cualquier otra confesión”.
Maestre se sienta en el banquillo de los acusados junto a su compañero de Facultad Héctor Meleiro acusados de un delito de ofensa a los sentimientos religiosos, que castiga a quien “en un templo (…) ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados”.
Las tres acusaciones que intervienen en este proceso (el fiscal, el partido Alternativa Española y el Centro de Estudios Tomás Moro) piden un año de prisión para la joven, aunque las dos acciones populares plantean como posibilidad alternativa una pena de multa. La petición más benévola es la de la formación de extrema derecha, 3.600 euros, mientras que el Centro Tomás Moro eleva la cuantía a 144.000 euros.
El abogado del Centro de Estudios Tomás Moro ha propuesto al principio de la vista una prueba realizada por un psicólogo que ha analizado si, tal como ocurrieron los hechos, fueron intencionados y organizados. El defensor de Maestre se ha opuesto vehementemente. “Este tipo de pruebas nos recuerdan a los juicios de la Stasi”. La jueza ha rechazado la prueba.
El Ministerio Público reclama la imposición de una pena accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo (imposibilidad de ser elegido para un cargo público durante el tiempo de la condena), un gravamen que no piden las acciones populares.
El sacerdote Rafael Hernando, encargado de la capilla, ha declarado que las personas que integraban el grupo que ocupó el templo le empujaron y ha señalado que “entre las primeras estaba Rita”. “Actuaba como la líder que iba delante”, ha apuntado el testigo, que conocía a Maestre por ser compañeros de clase.
El capellán ha dicho que estaba en el despacho del templo y oyó gritos de personas que entraron en el recinto pese a su oposición. “Venían con pañuelos en la cabeza y gritando y les dije que así no podían entrar. Me empujaron. Yo me resistí pero no había manera de dialogar”, ha relatado.
El testigo señaló que se sintió “incomodado” y que, aunque no entró en la capilla, sí oyó al salir gritos contra la Iglesia. “¿Usted cree que ese acto era susceptible de ofender los sentimientos religiosos?”, le ha preguntado la fiscal. “Sí”, ha contestado el capellán.
“¿Vio usted a mujeres besándose en la boca?”. “¿Escuchó usted referencia a la virginidad de María, madre de Dios?”. Estas son otras preguntas que el jefe de Alternativa Española, organización sucesora de Fuerza Nueva, y el centro jurídico Tomás Moro han hecho a los testigos en el juicio.