Una trabajadora de la panadería de la Plaça del Mercat de Sabadell ha sido multada con 100 euros por un agente de la Policía Municipal. El guardia que le impuso la denuncia dejó el vehículo policial mal aparcado y entró en el establecimiento para comprarse una caña. Las empleadas de la tienda comentaron entre ellas, en voz alta pero sin dirigirse al agente, que el coche patrulla que veían desde el mostrador estaba mal estacionado.
El policía, mientras hacía cola para comprar, se sintió primero aludido y luego , como se pudo constatar, ofendido, pero no dijo nada. Cuando pagó su dulce tuvo un arranque de furia y, con tintes de abuso de poder, se dirigió a una de las empleadas que había realizado el comentario en voz alta, sacó su libro de multas y la sancionó sin más.
Los hechos ocurrieron el pasado 24 de enero, y la sanción le ha llegado a Emilia Navarrete, la multada, hace unos días. En el escrito, el agente la justifica con una sola frase: “Por faltas de respeto y consideración dirigidas a un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad”. No explica nada más.
Según el relato de la propia empleada, el agente aparcó el coche patrulla en la zona peatonal de la Plaça del Mercat, en un lugar donde la propia Policía Municipal no para de poner multas a los conductores que allí estacionan indebidamente. “El policía entró en la panadería y, mientras hacía cola, mi compañera, mirando al coche patrulla, me preguntó: ‘¿allí se puede aparcar?’. Yo le contesté: no, no se puede. Claro que no”, cuenta la panadera.
El guardia compró su pasta y cuando salía por la puerta se volvió. “Se giró y nos dijo que era una falta de educación hacer aquel comentario delante de él. Yo le contesté que en la panadería había más gente y que en ningún momento nadie se había dirigido a él. Estamos hablando mi compañera y yo y nada más”, afirma que le respondió la empleada al agente.