El Gobierno se ve obligado a desmentir las (oportunistas) declaraciones de Rajoy sobre el atentado en Kabul
Las declaraciones del viernes del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre el atentado de los talibanes en Kabul, en el que al menos diez personas han muerto, entre ellas dos policías españoles y dos trabajadores de la embajada española en Afganistán, han quedado desmentidas oficialmente tras el comunicado del Ministerio de la Presidencia de este sábado.
Apresurándose para ser el protagonista en ofrecer una noticia supuestamente positiva, Rajoy comparecía el viernes ante los medios a las 18.30 horas de la tarde para informar complacido y reiteradamente de que el objetivo de los terroristas no era la embajada de España y de que no había víctimas españolas, tan solo un policía herido de poca gravedad, lo que, según sus palabras, no hacía del atentado una “mala noticia”.
Las declaraciones de Rajoy a los medios en un acto electoral las hacía en un momento en el que el ataque aún se estaba produciendo, con trabajadores españoles atrincherados en la embajada y cuando medios extranjeros ya estaban ofreciendo informaciones diferentes, de manera que las palabras del presidente ofreciendo una situación de control y tranquilidad resultaban, cuanto menos, imprudentes y cuestionables.
Con la polémica servida y una vez concluido el ataque, el Gobierno tuvo que emitir finalmente un comunicado oficial en el que considera que el atentado es “un ataque contra España” y no descarta ninguna hipótesis sobre sus autores y objetivos, por lo que mantiene abierta la investigación para esclarecer los detalles de lo ocurrido.
“Estamos ante un ataque terrorista en el que han fallecido dos ciudadanos españoles y en el que nuestros intereses han sufrido graves daños. Es, por tanto, un ataque contra España y contra su colaboración en la consolidación de la democracia en Afganistán”, se lee en el comunicado de Presidencia.
De acuerdo con el Ejecutivo, a las 14.00 horas (hora española) del viernes se produjo una “fuerte” explosión de un coche bomba junto al recinto de la embajada, que causó “graves daños” a los locales de la Cancillería. A esta explosión sucedió un tiroteo que duró, aproximadamente, una hora. Tres de los integrantes del grupo terrorista entraron en los locales de la Embajada, compuesto por tres edificios.
El Gobierno ha informado, además, de que el subinspector de la Policía Nacional Jorge García Tudela falleció de forma inmediata como consecuencia de la explosión del coche bomba, aunque sus restos no se encontraron hasta que finalizó el asalto.
El policía nacional Isidro Gabino San Martín, que resultó herido en la explosión, pudo ser rescatado con vida, pero falleció cuando era trasladado al hospital, de acuerdo con el Gobierno, que ha informado de que en el ataque también murieron dos empleados de la embajada de nacionalidad afgana.
El resto del personal que se encontraba en la embajada durante el ataque pudo ponerse a salvo refugiándose en dos búnkeres de la legación española. Todos fueron liberados ilesos después de una intervención de las fuerzas especiales afganas y de unidades norteamericanas, que duró varias horas.