Esperanza Aguirre y la indecente campaña de la jauría contra Manuela Carmena
Los poderes más reaccionarios de la ciudad han respondido con una virulencia extrema, bien azuzados por esa prensa canalla que todos conocemos, y esos graciosos comentaristas que no dudan en utilizar las armas más soeces para despellejar a la alcaldesa (José María Izquierdo)
Ya tenemos a un concejal de ese Ayuntamiento que tanto odiamos, el Madrid de Manuela Carmena, perseguido, insultado y acorralado como un delincuente. Y por policías municipales antidisturbios, que como si se tratara de una retorcida broma del destino, han dado suficientes motivos con su increíble comportamiento para hacernos ver a los ciudadanos que la decisión de disolverles era una pura necesidad de higiene democrática. ¿Cómo podían disolver disturbios quienes de manera violenta los promueven?
su coche tras una protesta
su coche tras una protesta
Pero este incidente no es un hecho aislado. En absoluto. Es uno más en la indecente campaña de acoso y derribo desatada por esta singular derecha que disfrutamos en este país. Y, en concreto en Madrid, contra una alcaldesa a la que detestan. Enrabietados por su derrota, los poderes más reaccionarios de la ciudad han respondido con una virulencia extrema, bien azuzados por esa prensa canalla que todos conocemos, y esos graciosos comentaristas que no dudan en utilizar las armas más soeces para despellejar a la alcaldesa.
No tengan ustedes ninguna duda de que Esperanza Aguirre, esa fiel imagen de la desvergüenza cañí, no quiere dejar la portavocía del Ayuntamiento porque ahí ha olido una pieza extraordinariamente simbólica, donde hincar insultos y dientes. Apeada a su pesar de otros poderes, tiene ahora la lideresa una última batalla que guerrear: enarbolar la bandera de las huestes anti-Carmena.
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