El Parlamento Europeo admite a trámite una petición para prohibir la tauromaquia en España
Por primera vez, Bruselas estudia la posibilidad de que la tauromaquia sea prohibida en España tras admitir una solicitud presentada hace ahora un año por la animalista Laura Folch del Cerro, quien ha intentado desmontar la afirmación de que los toros son una tradición cultural en España. A lo largo de 11 páginas, su estudio quiere demostrar que “las corridas de toros y demás festejos ni son, ni nunca han sido parte de la cultura española”.
“De la misma manera que la protección del medio ambiente se convirtió en un nuevo campo del derecho internacional a finales del siglo pasado, la protección del bienestar animal es una preocupación creciente en el comienzo de este nuevo milenio”, asegura para denunciar que “el hombre ha pasado de domesticar o comerse un animal a esclavizarlo y muchos pensamos que eso en inaceptable en el siglo XXII”.
Por ello, en 2014 pidió ante el Parlamento Europeo “la abolición de la tauromaquia en España y de todas las variedades de festejos por infringir no solo los derechos de los animales, sino también los de la infancia”. La Comisión de Peticiones ha aceptado a trámite su petición e iniciará su estudio.
“Quiero recalcar que la autentica importancia de esta admisión a tramite es que al PACMA hace 10 años que les rechazan sistemáticamente la petición por el tema de tradición cultural“, ha añadido. “Siempre se ha presentado el Toro de la Vega reconociendo que es una tradición medieval española. Les daban la razón de antemano y se lo rechazaban. Nosotros lo hemos hecho al revés. ¿Quién ha dicho que sea una tradición española? Y además lo hemos demostrado”.
Según defiende la animalista en su escrito, los festejos o corridas de toros “jamás han sido ni cultura ni tradición española” y es más, asegura que “no lo inventaron los españoles, si no que durante siglos fue entretenimiento de masas en toda Europa, hasta su abolición cuando llegó la Ilustración en el siglo XVIII”.
Dejando a un lado las ‘supuestas tradiciones españolas’, Del Cerro no ha dudado en tirar de textos legales y, punto por punto, ir desmontando y explicando cada uno de los derechos, resoluciones y textos que se violan con la tauromaquia en nuestro país, empezando por lo defendido en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Del mismo modo, defiende que varios artículos de la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 se ven claramente violentados. En este texto se reconoce en su artículo 10 “el derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad”, de lo que se desprende, en su opinión, que “hay que alejar a la infancia de la participación y observación de actos y espectáculos que supongan el sufrimiento y maltrato de los animales, como forma de conseguir una sociedad futura más pacífica y con mayor empatía hacia el sufrimiento y que rechace cualquier forma de violencia”.
El escrito se basa también en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, manifiestamente incompatible con la celebración de la tauromaquia. “Todo animal tiene derecho al respeto”, “el hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, violando ese derecho” o “ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles” son algunos de sus artículos.
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