La policía asegura que el autor de la matanza de Múnich tenía problemas psiquiátricos
En su habitación había recortes y documentos sobre Breivik y la matanza noruega y sobre Tim Kretschmer, el joven de 17 años que en 2009 mató a quince personas en su antiguo colegio en Alemania
Tenía
también un libro sobre el "amok", una palabra corriente en alemán,
recogida en la RAE: "Entre los malayos, ataque de locura homicida"
La
Policía sigue investigando, tras descartar conexiones islamistas, qué
empujó al joven, identificado como David S., a coger una pistola y
lanzarse a disparar primero en una hamburguesería, luego en la calle y
finalmente en un centro comercial. Lo tenía todo listo, incluso se había
creado un perfil falso de internet para convocar a un grupo de chavales
a las puertas de McDonalds sobre los que luego disparó.
En la habitación de casa de sus padres, con quienes vivía junto a otro hermano, había recortes de periódico sobre grandes operaciones policiales y libros sobre actos de violencia y matanzas.
El ministro de Interior, Thomas de Maizière, confirmó que encontraron
documentos sobre Anders Behring Breivik, el noruego que ayer hace justo
cinco años asesinó a 77 personas, y sobre Tim Kretschmer, el joven de 17
años que en 2009 mató a quince personas en su antiguo colegio en de
Winnenden (suroeste de Alemania) y luego se suicidó.
Estos documentos no desvelan los motivos del tirador de Múnich, según
los investigadores, pero atestiguan su fijación con este tipo de
matanzas.
La policía asume que
se trató de un caso "clásico" de "Amok", una palabra corriente en
alemán y que se encuentra también recogida en el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española: "Entre los malayos, ataque de locura
homicida". También han hallado un libro sobre esto.
El chico fue grabado en una azotea profirieron gritos y, según la
transcripción del diario "Süddeutsche Zeitung", se define como alemán,
de un barrio de Hartz IV (con alto porcentaje de receptores de ayuda
social) y afirma: "Por vosotros he sufrido 'mobbing' durante siete años;
tuve que comprarme un arma y mataros a todos".
Según
el relato policial, tras el tiroteo el joven se suicidó con su pistola,
una nueve milímetros con la numeración borrada, y en su mochila tenía
aún cargadores con unas 300 balas.