La crisis económica ha agrandado la brecha salarial entre hombres y mujeres en España, que se encuentra en el nivel más alto desde 2008. Medida en términos brutos anuales, alcanzó el 24% en 2013, dos puntos más que hace ocho años, según un
estudio realizado por UGT. Un hombre cobra de media 6.160,91 euros anuales más que una mujer. Si la brecha se calcula atendiendo sólo al salario por hora cobrado por hombres y mujeres –por tanto, sin tener en cuenta tipo de contrato y de jornada–, la diferencia ha crecido 3,2 puntos y alcanza el 19,3%.
Las razones de este aumento, explica el sindicato, descansan en la ausencia de políticas de igualdad que impiden corregir la mayor precariedad laboral de las mujeres: contratos temporales más breves, más trabajo a tiempo parcial, sobrerrepresentación en los sectores con sueldos más bajos y en las categorías profesionales inferiores…
De esta forma, de cada tres personas que cobran en España un sueldo igual o inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), dos son mujeres: 1,26 millones de personas. Estas mujeres con retribuciones mínimas representan el 18,6% de las asalariadas españolas. Los hombres que perciben el SMI equivalen sólo al 8,3% de los asalariados.
También son muchas más las mujeres que perciben dos veces el SMI, 18.068 euros brutos al año, que suponen el 56,5% de los asalariados con ese sueldo. A partir de esa zona de la escala salarial, la proporción se invierte en favor de los hombres. Y, en su parte más alta, el número de hombres que cobran más de 72.000 euros al año triplica al de mujeres. Sólo el 0,69% de las asalariadas, un total de 46.888, tienen esos sueldos, por un 2% de los hombres, que suman 146.931.
El informe de UGT constata que la discriminación comienza en el mismo momento en que mujeres y hombres se incorporan al mercado de trabajo. Las trabajadoras más jóvenes ingresan en el mundo laboral con salarios en torno al SMI, mientras los hombres más jóvenes las superan en 2.445 euros anuales. Esa diferencia “se acrecienta y perpetúa” con la edad.