“Usar energía solar te hace consciente de los electrodomésticos que realmente son necesarios; aprendes a usarlos de forma comedida para no derrochar energía”, asegura el fotógrafo madrileño José Luis Santalla. En su casa de campo autoconstruida, en la sierra de Madrid, Santalla tiene una pequeña instalación fotovoltaica de cuatro paneles solares y dos baterías de las llamadas monoblock.
La instalación, que ha ido ampliando, le costó en su día 1.400 euros y a ella tenía conectada una nevera pequeña de 54 vatios de potencia, además de la iluminación de toda la casa y el jardín, mediante lámparas con bombillas LED. Además, puede conectar portátiles, móviles y cualquier aparato que no supere los 300 vatios de potencia. Su ejemplo demuestra que vivir del sol es más posible que nunca en nuestro país y que, con unos ajustes mínimos (iluminación de bajo consumo, electrodomésticos de alta eficiencia energética), la dependencia de las energías más contaminantes tiene los días contados.
José Donoso, presidente de la Unión Fotovoltaica Española, afirma que “el año pasado, se volvió a batir un nuevo récord en el mundo de instalaciones con más de 40.000 megavatios instalados y los precios han caído en un 80% en los últimos años”, añade Donoso con entusiasmo.
El impuesto al sol que aprobó el Gobierno del PP ha hecho que en nuestro país apenas se han instalado 22 megavatios de los 40.000 globales. El atraso de España contrasta con los datos de nueva capacidad fotovoltaica en países como Gran Bretaña, con 2.270Mw, Alemania, con 1.900Mw, o Francia con 1.000Mw.
Según el informe Hoja de ruta tecnológica sobre electricidad termosolar, de la International Energy Agency (IEA), para el año 2050, la solar será ya la principal fuente de energía del mundo. Para esa fecha, producir un kilovatio a la hora tendrá un coste de dos céntimos de euro, según los cálculos del Instituto Fraunhofer. Hasta entonces, Donoso sostiene que no se tratará de vivir exclusivamente del sol, sino de aprovechar y combinar las energías.
Las nuevas baterías Tesla Powerwall son otro de los agentes de cambio del futuro solar. Fabricadas con iones de litio, como las de los móviles, y a un precio de casi 3.300 euros, son capaces de almacenar hasta 10 kilovatios por hora, con lo que acercan la energía limpia a todo el planeta y consiguen hacer rentable cualquier instalación autónoma.