El goteo de denuncias por las agresiones masivas en Colonia en Nochevieja va en aumento. Ya supera las 120, entre ellas dos violaciones. En Hamburgo también se han registrado medio centenar de denuncias, la mayoría relacionadas con agresiones sexuales. Además, poco a poco se van conociendo otros casos similares. Como Bielefeld, donde unos 150 hombres importunaron y besaron a varias mujeres. O ciudades como Berlín, Stuttgart o Fráncfort, donde también se registraron agresiones.
¿Cómo comenzó todo?
En torno a un millar de hombres jóvenes y con apariencia “árabe o norteafricana”, según la policía, se concentraron en Nochevieja frente a la estación de trenes de Colonia. Con mucho alcohol en las venas, y ayudados por la oscuridad, el apoyo de unos a otros y petardos con los que atemorizaban a los viandantes, cometieron una oleada de agresiones sexuales y robos a mujeres. Se desconoce cuántos de los allí reunidos participaron directamente de los ataques o ayudaron a que otros los cometieran. Otras ciudades alemanas registraron hechos similares, aunque a más pequeña escala.
¿Por qué tardó tres días en salir a la luz?
“Ambiente alegre. Las celebraciones discurrieron en su mayor parte pacíficas”. Una nota de prensa de la policía de Colonia describía así el viernes 1 de enero la situación en la ciudad. El goteo de denuncias explotó el lunes 4, cuando las autoridades informaron de una oleada de ataques “de dimensión desconocida”. Pero durante el fin de semana, en Alemania no se habló del caso. Algunos medios de comunicación, como el canal público ZDF, esperó al martes para informar de los hechos, una tardanza por la que se ha disculpado la cadena. Esta tardanza ha generado un debate sobre si la policía y los medios callaron por temor a dar pábulo a movimientos xenófobos, que en Internet difunden habitualmente noticias de supuestos ataques protagonizados por extranjeros, muchos de ellos sin demostrar o directamente inventados.
¿Por qué la policía no evitó las agresiones?
Horas antes del cambio de año, ya había denuncias de agresiones junto a la estación de trenes. Los agentes que acudieron al lugar de los hechos desalojaron una parte de la plaza, pero después volvieron a dejar a los criminales campar a sus anchas. Lo que sí hicieron los agentes es acompañar a algunas personas a través de la plaza, y dejarlas dentro de la estación. Testigos citados por el Süddeutsche Zeitung describen esta actuación como “una escolta hacia el infierno”. El ministro del Interior ha criticado la actuación de la policía regional. Su jefe, que rechaza las críticas y las peticiones de dimisión, negó estar sobrepasado por la situación en la noche del 31, pero un informe interno sobre esas horas filtrado a varios medios pone en duda esta afirmación.
¿Qué se sabe de los atacantes?
Poco. Las autoridades han identificado 16 personas. No por sus nombres, sino a través de unas grabaciones en la que aseguran que se les identifican claramente, a pesar de la oscuridad. En Hamburgo, sin embargo, no se ha logrado dar con ningún sospechoso.
¿Hay alguna conexión entre ellos?
Las autoridades sospechan que sí. El ministro de Justicia, Heiko Maas, habló de “un nuevo tipo de criminalidad organizada”, y dijo que de alguna forma deberían haberse puesto de acuerdo para formar un grupo tan numeroso. El ministro del Interior regional, Ralf Jäger, también cree que se coordinaron a través de las redes sociales, aunque duda de que esta organización abarcara también a otras ciudades además de Colonia.
¿Eran refugiados?
No se sabe a ciencia cierta. La policía y el Ayuntamiento de Colonia han insistido en que no disponen de pruebas que señalen a los culpables como refugiados. Pero en las últimas horas surgen versiones que pondrían en duda esta afirmación. Diversos medios informan de que la policía controló el 31 de diciembre a un centenar de personas, muchos de ellos sirios con papeles de las oficinas de asilo. “Soy sirio, tenéis que tratarme bien. La señora Merkel me ha invitado”, gritó uno de los concentrados, según recoge un informe policial confidencial publicado por el Spiegel online.
¿Cuántas víctimas hay?
Por ahora, en Colonia se han presentado 121 denuncias. En casi dos tercios de estas, las víctimas aseguran haber sufrido agresiones sexuales. Y dos de ellas por violaciones. En Hamburgo, las denuncias rondan el medio centenar.
¿Cómo ha reaccionado el Gobierno?
Con un mensaje de firmeza contra los criminales, y un intento de no estigmatizar a todo un colectivo por su aspecto. A medida que pasan los días y la indignación crece, el discurso se endurece. El Gobierno estudia una propuesta de los democristianos de agilizar las devoluciones; y los socialdemócratas admiten esta posibilidad en casos de agresiones sexuales. La canciller Angela Merkel dijo el jueves que no cree que lo ocurrido en Colonia sean “hechos aislados”.
¿Y los movimientos en contra de los refugiados?
Los sucesos de estos días parecen diseñados para confirmar una por unas las tesis que llevan meses repitiendo el partido populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD) o el movimiento islamófobo de Pegida. La líder de AfD ya ha responsabilizado de lo ocurrido a la política de puertas abiertas de la canciller. Y en las redes sociales abundan los mensajes de odio contra los musulmanes.
¿Qué efecto tendrán los ataques en la wilkommenskultur (cultura de la bienvenida) con la que Alemania ha recibido al millón de refugiados que llegaron en 2015?
Es pronto para decirlo. Pero algunos se preguntan estos días si el espíritu de bienvenida que cristalizó en la imagen de la estación de trenes de Múnich –a la que en septiembre se dirigía una multitud de alemanes para llevar juguetes, ropa, comida o incluso dinero a los recién llegados- va a quedar sepultado por otra estación de trenes, en este caso la de Colonia. Lo que es evidente es que los sucesos de Nochevieja dejan una profunda huella en el país.