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- La política necesaria: una (hermosa y profunda) tertulia en la radio
- La cofradía del 'Santo Gusanito' desfila en la Semana Santa de las Hormigas
- El plasma de los corderos ante la mordaza de Rajoy
- El (sospechoso) buenismo de derechas y la inquietante pulsión 'limpiadora' del PP
- Detienen a un anciano por pasear en bici con una pancarta junto al Museo del Prado en Madrid
- La niña siria que se 'rindió' ante la cámara de una fotógrafa creyendo que era un arma
- Vídeo de fin de curso denigrante para la mujer en un colegio elitista de México
- Una infección cerebral que te lleva a las urnas como un borrego
Posted: 30 Mar 2015 12:00 AM PDT
El programa de la cadena Ser 'A vivir que son dos días', dirigido por Javier del Pino, ha reunido este domingo a cinco personas procedentes de diversos ámbitos culturales y sociales y que han decidido pisar el barro de la política institucional a través de distintas formaciones. A lo largo de casi una hora, Manuela Carmena, Ángel Gabilondo, José Carlos Monedero, Carlos Jiménez Villarejo y Ada Colau, han protagonizado una de las mejores tertulias que se han oído en la radio en este país desde hace mucho tiempo. - -- |
Posted: 30 Mar 2015 01:14 AM PDT
La Semana Santa inunda pueblos y ciudades de España, con una intensidad que crece sin que nadie sepa dónde están los límites. Porque la devoción a estos rituales procesionales ha empezado a empapar el espíritu de seres inferiores sin que los científicos encuentren las causas de este fervor irracional... Y frente a la alegría ligera de las hormigas en el campo, el peso de cutre en las calles... |
Posted: 29 Mar 2015 10:00 PM PDT
Hemos pasado a que el Ejecutivo se atreva a repartir carnés de periodista, a decir en público y en privado quién es objetivo y quién no. El código mariano recomienda utilizar a los medios sin complejos porque se puede, y bastantes se dejan o se callan. Hacer periodismo en España se ha convertido en un thriller... (Antón Losada) El conductor de uno de los programas informativos de referencia de la mañana es cesado por sorpresa. Las ruedas de prensa con preguntas se han convertido en noticia y las apariciones de Rajoy ya parecen milagros celebrados con alborozo. Un programa de debate consolidado desapareció de la parrilla cuando era líder y referente de la opinión televisiva. Varios corresponsales de prestigio en la televisión pública, entre ellos Jerusalén, son relevados tras críticas públicas del PP respecto a su objetividad y sin que la empresa moviera un dedo en su defensa. Esperanza Aguirre tiene la desfachatez de vetar a una cadena de televisión porque no le gustan sus informaciones y la cadena guarda silencio. Hay periodistas que marchan al exilio por hacer su trabajo en la sala de prensa de Moncloa, durante unas comparecencias donde hace tiempo que la Vicepresidenta Maravilla, Soraya Sáenz de Santamaría, pretende decir quién pregunta, cuándo pregunta o cuánto pregunta y ahora también pretende decidir el tono correcto para preguntar. Estábamos al borde del abismo y el Gobierno parece haber dado un paso adelante. Del "hoy no toca", el "no me consta", el plasma y no aceptar preguntas, hemos pasado a que el Ejecutivo se atreva a repartir carnés de periodista, a decir en público y en privado quién es objetivo y quién no, o decidir quién hace información y quién imparte doctrina. Al poder le gusta la crítica y la acepta democráticamente siempre que le acabe dando la razón. Si no, es doctrina. Este Gobierno aspira claramente a convertirse en el único depositario oficial y acreditado de la deontología del oficio periodístico. Medios y periodistas españoles afrontan un desafío sin precedentes en nuestra democracia donde no solo se juegan sus balances, beneficios o salarios. Está en riesgo su razón de ser ante una sociedad que cada día concede menos valor a su trabajo y prefiere el blog de un desconocido para informarse porque le ofrece más fiabilidad. La filosofía mediática mariana siempre ha sido clara. Lo único que importa es aquello que no sale en los titulares. Rajoy siempre ha desconfiado de los medios de comunicación. Su experiencia le indica que solo sirven para generar más ruido y confusión. Gobernar es estar, no figurar, dice el código mariano. Los medios solo valen para figurar y resultan un estorbo para estar. Hasta su segunda derrota ante Zapatero, el marianismo había procurado cohabitar con los medios de la manera más confortable convencido que no quedaba otra que soportarlos. Para salir en los papeles, radios y teles no había más remedio que protagonizar ruedas de prensa y aceptar entrevistas. Pero el acoso mediático financiado por el "esperanzaguirrismo" para tumbarlo durante el famoso Congreso de Valencia le permitió descubrir que, ni los medios de comunicación mandan tanto, ni había que darles tanto para salir en ellos. Esa revelación lo cambió todo. La cohabitación había terminado. El marianismo ya no tenía que dar algo a cambio. Ya podía aparecerse en un plasma y manipular a los medios para lograr lo único que le interesa de ellos: generar ruido y confusión cuando hace falta. Ya podía comunicar su propaganda sin dar un sólo titular, sin conceder ruedas de prensa ni entrevistas. Sólo necesitaba una pantalla de plasma. Incluso fue comprobando que cuantos menos titulares proporcionaba, mejor se transmitían sus mensajes. Cuantas menos ruedas de prensa concedía, más grande era la noticia por haber convocado alguna y menos importaba cuanto dijera. El código mariano ya no aconseja rehuir a los medios. Recomienda utilizarlos sin complejos porque se puede, y bastantes se dejan o se callan. Hacer periodismo en España se ha convertido en un thriller. La realidad se inventa como si fuera una película que bien podría llamarse 'El plasma de los corderos'. Mariano Rajoy es el protagonista, el guionista, el director y el productor. La empresas de comunicación son muy libres de tomar sus decisiones, activar y desactivar programas, contratar y despedir a profesionales y mantener o cambiar su línea editorial. Están en su derecho. Me gusta creer que así tratan de hacerlo sin dejarse afectar por presiones políticas. Pero hoy más que nunca les conviene recordar la misma norma que aplican a los demás sin miramientos: ni la audiencia, ni el dinero, ni el éxito garantizan nada, ni te protegen de nada. En este oficio las únicas cosas que te mantienen vivo frente a cualquier amenaza o cualquier gobierno son la credibilidad y la independencia. Nada más. Los periodistas deberían buscar ambas y sus empresas protegerlos y cuidarlos mientras lo hacen. Este negocio solo funciona bien y solo se aguanta así. Decía Bismark que la libertad es un lujo que no todos pueden permitirse... Por eso quienes podemos hablar no tenemos derecho a callarnos. Antón Losada: 'eldiario.es/zonacritica/plasma-corderos_6_371722831.html' |
Posted: 29 Mar 2015 02:56 PM PDT
Defiendo la libertad de estos energúmenos para insultarme. Hoy ellos pueden despreciarme y yo llamarles descerebrados. Y prefiero que sea así a que me obliguen a callarme también a mí. Como Jaume Perich, solo pretendo que "se me respete el derecho a no respetar nada... (Josep Ramoneda) Sin libertad para ofender no hay libertad de expresión, porque siempre habrá algún poder que se arrogará el derecho a decidir qué es ofensa y qué no lo es. En medio de la conmoción por el accidente del vuelo Barcelona-Düsseldorf, algunos descerebrados han dejado rienda a suelta a su catalanofobia en Internet, celebrando la muerte de “catalanes, que no personas”, según decía uno de ellos. La execrable frase da perfecta cuenta de la ralea de sus autores. El ministro del Interior ha ordenado a las fuerzas de seguridad que investiguen los mensajes y los Mossos d’Esquadra los han puesto en conocimiento de la fiscalía. Un disparate: primero, porque se da pábulo a voces que sólo merecen extraviarse pronto en la inmensidad digital; segundo, porque cuando se recorta la libertad de expresión se sabe dónde se empieza, pero nunca dónde se termina, que siempre es un lugar peor que el sitio de partida. Defiendo la libertad de estos energúmenos para insultarme en tanto que catalán, por una razón fundamentalmente egoísta. Hoy ellos pueden despreciarme y yo llamarles descerebrados. Y prefiero que sea así a que me obliguen a callarme también a mí. Como Jaume Perich, solo pretendo que “se me respete el derecho a no respetar nada”. Y eso me obliga a pedir el mismo derecho para los que no me respetan a mí, por muy repugnantes que sean sus palabras. Defender a Charlie Hebdo cuando los ofendidos son otros y apelar al código penal cuando los ofendidos somos nosotros tiene mucho de hipocresía. Aparentemente se pretende tipificar estos mensajes como delitos de odio. ¿Se pueden penalizar los sentimientos? ¿Se puede impedir que alguien odie y que, en el narcisismo de las redes, hagan exhibición de sus bajas pasiones sin pudor? A la derecha se le ha despertado un buenismo sospechoso. Aprovechando el impacto de los últimos atentados yihadistas, al Gobierno español le ha entrado una pulsión limpiadora. Pretende, incluso, que en los campos de fútbol no se insulte a los jugadores. ¿No habíamos quedado en que el estadio era el vomitorio que permitía la sublimación de violencias sociales latentes? ¿Cómo escupirán los sapos los aficionados si se les cierra la boca? También las libertades tienen sus límites. Pero si hay una fundamental es la de expresión. Sin ella, las demás son inertes. El celo del Gobierno contra los excesos verbales de la Red va de la mano con la ley mordaza: se trata de ampliar los espacios del silencio. La batalla del respeto hay que ganarla por la vía cultural y educativa, es inútil imponerla por la vía penal. Somos un ser que vive en la palabra y hay que estar atento cuando se la quitan a otros porque pronto nos tocará a nosotros. Y callados no somos nada. El problema no es que te insulten, es que tengas que aguantar sin rechistar, que es lo que ocurría en el franquismo, sin ir más lejos. Josep Ramoneda: 'elpais.com/elpais/2015/03/27/opinion/1427482049_377046.html' |
Posted: 29 Mar 2015 02:48 PM PDT
La Policía ha detenido este domingo en Madrid a un anciano que paseaba en bicicleta por las inmediaciones del Museo del Prado llevando una pancarta en la que denunciaba la situación que se vive en España, según ha publicado la periodista Olga Rodríguez en su cuenta de Twitter. Los agentes, tras ponerle las esposas, lo han llevado detenido a comisaría.
3/ Detienen a hombre sólo x tener pancarta en bici, ante el Prado. Mostrando a los turistas de qué va esta democracia pic.twitter.com/Ce6XbHDAJo
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Posted: 29 Mar 2015 07:40 AM PDT
Nadia Abu Shaban estaba retratando con su cámara el infierno que se vive en Siria, con una guerra civil sin final, cuando se quedó paralizada al ver lo que sucedía al otro lado del visor: una niña había levantado las manos en señal de rendición cuando le 'apuntó' con su cámara. Tras cinco años de fuego y violencia, el sufrimiento y el dolor se ha convertido en la manifestación ordinaria de la ciudadanía, especialmente entre la población infantil. La fotoperiodista, originaria de Gaza, colgó la imagen en su perfil de Twitter (@NadiaAbuShaban) con este comentario: "Fotografía tomada a una niña siria, ella cree que tengo un arma y no una cámara por lo que se rindió!". Fuente: 'eluniversal.com.mx/el-mundo/2015/ninia-se-rinde-ante-camara-en-siria-penso-que-era-un-arma-1088248.html' |
Posted: 29 Mar 2015 04:36 AM PDT
Cada año, al final de curso, alumnos y alumnas del prestigioso Instituto Cumbres de la ciudad de México celebran su paso a la universidad con una actuación que luego divulgan en vídeo y que suele tener una gran aceptación en las redes sociales por su calidad y originalidad. Pero este año, las imágenes rezumaban machismo por toda la pantalla, lo que ha originado un aluvión de críticas. Esta vez, el argumento consistía en un casting para elegir compañera de baile. Cinco jóvenes machos alfa, con dos asistentes de tez morena al lado, componen el jurado, con la misión de evaluar a las aspirantes. Todas ellas tienen que 'venderse', y aparecen nerviosas, sonrientes, histéricas, serviciales... buscando con sus movimientos sugerentes la atención de los maromos. El colegio, uno de los más solicitados entre las familias acaudaladas del país, es propiedad de los Legionarios de Cristo, cuyos responsables se han limitado a pedir al grupo de protagonistas que oculte el vídeo en las redes sociales. Ahora, el vídeo completo solo se puede visionar mediante contraseña en la plataforma Vimeo, aunque unas secuencias son suficientes para hacerse una idea de su contenido. |
Posted: 29 Mar 2015 01:58 AM PDT
Se llama ideología mórbida, mucho más contagiosa que la gripe del pollo o la enfermedad de las vacas locas. A estas alturas, un ciudadano libre tiene la obligación de saber que votar a un Gobierno corrupto es un acto inmoral, que te hace cómplice de la corrupción... (Manuel Vicent) Existe una infección cerebral, que se llama ideología mórbida, mucho más contagiosa que la gripe del pollo o la enfermedad de las vacas locas, contra la que no existen vacunas. Uno de los síntomas de esta infección es una fiebre rara que te impide ver el lado sórdido de los políticos de tu partido. Aunque los medios de información descubran y aireen cada día sus delitos de cohecho, malversaciones de caudales públicos y robos descarados piensas que sus tropelías no te atañen. Los votas, pero tú eres un ciudadano honorable. Por mucho que los veas entrar y salir de los juzgados y de las cárceles, esa fiebre ideológica te obliga a creer que basta con el cabreo para sentirte a salvo del contagio. Los votas, pero tú eres un ciudadano incontaminado. La virulencia de esta infección cerebral te llevará a las urnas una vez más como un borrego y, pese a haberte desayunado a lo largo de una legislatura con los latrocinios evidentes de los políticos de tu partido, incluso celebrarás su triunfo si ganan las elecciones. Pero después de depositar el voto en su favor, aunque no lo notes, volverás a casa con el cerebro seriamente dañado. Los efectos de esa lesión son expansivos y envolventes, actúan como una lenta bajada de las defensas, de modo que sin darte cuenta irás perdiendo la autoestima y llegará un momento en que ya no podrás reaccionar contra cualquier clase de injusticia, hasta considerar muy natural que te roben a ti directamente. A estas alturas, un ciudadano libre tiene la obligación de saber que votar a un Gobierno corrupto es un acto inmoral, que te hace cómplice de la corrupción. Te creías vacunado contra esa basura, pero un día el espejo ante el cual tu rostro se refleja, puede que te dé un veredicto fatídico: si de forma consciente votas a un político corrupto es porque tú en su caso harías exactamente lo mismo. Manuel Vicent: 'elpais.com/elpais/2015/03/27/opinion/1427468272_148507.html' |
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