¿Idiotas o indecentes? En todo caso, culpables
Hozamos porque queremos en la mierda de la corrupción, no nos rebelamos, no nos causan repulsión, no nos producen alergia física y mental, somos tan culpables como ellos, vivimos en las barricadas del miedo y la complacencia (Arturo González)
¿Hasta dónde puede llegar la indecencia de los españoles en su condescendencia con la corrupción? ¿Hasta dónde puede llegar la fidelidad y el fanatismo de los seguidores del PP, qué coartada tienen para justificar su voto que sostienen sin razonar? Si Albert Rivera posee una micra de decencia no puede apoyar a Rajoy y sus ministros marionetas sin convertirse en cooperador necesario de la corrupción del PP. No es posible hablar de purificación con ellos dentro.
La corrupción no puede ser la seña de identidad de España. Nos hemos hundido en el fango de la corrupción, hemos hecho de ella una diversión nacional, un espectáculo de títeres político, nos entretienen, GORA CORRUPCIÓN, la verdadera y real pancarta y no de ficción. Los muñecos políticos del guiñol campan a sus anchas, ni siquiera les retiramos el pasaporte del gobierno.
Hozamos porque queremos en la mierda de la corrupción, no nos rebelamos, les votamos, no nos causan repulsión, no nos producen alergia física y mental, somos tan culpables como ellos, vivimos en las barricadas del miedo y la complacencia, da igual que la Guardia Civil registre lo que sea, sabemos que todo seguirá igual, nuestras discordias y nuestra indecencia permitirán que el Partido Popular se rehaga y triunfe, consentiremos que el raposo Rajoy se invista o gane unas nuevas elecciones, nos engañará una vez más con falsas promesas, la corrupción es la serpiente venenosa que España lleva dentro.
Nos ha dejado extenuados, abatidos, contaminados, la corrupción se extiende como una hidra, lo sabemos y no hacemos nada. Y encima nos putean, nos chulean, en las libertades y en la economía. Y tragamos, tragamos, tragamos. Aunque Rajoy asesinara a cinco niños, sus fieles le seguirían votando, no hay cosa más estúpida que la clase media conformista.
Amamos lo zafio, nos gusta el reality show del PP, de Esperanza Aguirre y Rita Barberá. En el fondo tenemos lo que nos merecemos. El patriotismo de Rajoy y del PP es el del engaño, el de la mentira institucionalizada, el de la injusticia, el de la falta de respeto a los españoles. Son las fuerzas del mal que no conseguimos sacudirnos. Vivimos con los ojos cerrados ante la ignominia, ante la afrenta colectiva, ante la bruja de la corrupción que Rajoy significa. Vomitamos y nos bebemos nuestro vómito. Y lo que es peor, lo respetamos como político. Todo, hasta donde yo sé, es una indecencia.
No sin cierta razón el comentarista ‘jornada’ recuerda:
2. La disolución judicial de un partido político será acordada por el órgano jurisdiccional competente en los casos siguientes:
a) Cuando incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita en el Código Penal.
b) Cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la exigencia de una estructura interna y un funcionamiento democrático, conforme a lo previsto en los artículos 7 y 8 de la presente Ley Orgánica.
2. La disolución judicial de un partido político será acordada por el órgano jurisdiccional competente en los casos siguientes:
a) Cuando incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita en el Código Penal.
b) Cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la exigencia de una estructura interna y un funcionamiento democrático, conforme a lo previsto en los artículos 7 y 8 de la presente Ley Orgánica.
Arturo González