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Errejón, coautor del libro 'Construir pueblo', en la Feria del Libro de Madrid |
Íñigo Errejón, uno de los pilares ideológicos en los que se asienta Podemos, habla sobre algunas de las 'raíces intelectuales' que han conformado la actividad de la formación política. El dirigente rechaza que el debate político deba producirse en torno al eje ruptura-reforma, y considera más útil explotar la noción de democracia que la de socialdemocracia. Estas son algunas de sus reflexiones.
Sentido frente al marketing. Uno de lo objetivos de los dirigentes de Podemos ha sido siempre proponer debates imponiendo a las demás fuerzas políticas los términos en que habría que desarrollar ese debate. Y pone un ejemplo sencillo: ahora todo el mundo habla de 'cambio'.
"Cuando decimos que el sentido se construye nos referimos a una posición de fondo que no es reducible a un par de trucos de mercadotecnia. Ese carril de la disputa inmediata hay que librarlo, pero en paralelo tenemos que ir fraguando el tipo de ideas que sean como el semillero, el vivero de una transformación más larga, razona.
Y añade que "hay que aprovechar este ciclo acelerado para transformar en fuerza electoral lo que creemos que ya es una posible mayoría nueva. Producir qué tipo de ideas, qué tipo de debates puede ayudarnos a imaginarnos un nuevo proyecto de país que ponga nuevas mayorías sociales en el centro del escenario".
Errejón rechaza de plano la comprensión de la política a partir de la mercadotecnia. "Nosotros no hemos leído ningún manual de marketing, aquel libro sobre la campaña de Obama o las redes sociales. La política se construye sobre sentidos compartidos, nada que esté presente en lo social adquiere por sí solo un sentido, y no hay sociedad que pueda vivir sin metas compartidas", señala.
Crisis simbólica. Una parte relevante de la actividad de Podemos busca construir, o reconstruir, identidades. "No hay elementos de marketing político, se trataba de saber leer qué elementos estaban en el sentido común de la época, había que leer qué tipo de país teníamos, y teníamos una brecha cada vez mayor entre país real y país oficial.
En el tiempo más duro de la crisis casi no teníamos series que hablaran sobre gente que lo pasaba mal", recuerda Errejón, que culpa a los poderes fácticos de haber "desposeído" a los ciudadanos de mitos propios, canciones propias, en definitiva, de un imaginario propio.
La música. La elección de la música del partido de Pablo Iglesias, que escogió como himnos fundacionales, entre otros a
L’Estaca, de Lluis Llach, y
Todo cambia, popularizada por Mercedes Sosa, es un ejemplo de esta “reconstrucción” de identidades. "Podemos, cuando ha tenido que buscar una canción, o un símbolo, o un himno que funcionara como símbolo más o menos épico que emocionara y que reuniera esta nueva identidad política que se está construyendo, ha acudido a cosas muy nuevas que suenan muy naif y que solo dicen algo a una generación, y a cosas que son de la anterior, de los setenta.
¿Por qué ha hecho eso? Porque no había mucho más disponible. Porque entre la generación que se socializa en los setenta y lucha en el ciclo de política de la Transición y la generación que se socializa en el 15-M no hay nada, no hay ni comunicación. Imaginen a un padre que fuera militante político en los setenta y que ahora quiere explicar a su hijo lo que hizo. ¿Qué película le da? ¿Qué canción le da que no suene hoy escandalosamente polvorienta o nostálgica?".
Conflicto de ideas y democracia. La idea, que en España empezó a cuajar durante el 15-M, de la necesidad de recuperar la democracia resultó polémica desde el principio porque suponía negar que esa democracia existiera. "Cuando hablamos de recuperación de la democracia algunos se pueden sorprender porque votamos. Vivimos con una serie de poderes sometidos a ciertos controles, algunos son de origen democrático y otros son de origen oligárquico", dice.
Errejón considera que España, Europa, han "tenido un secuestro de la democracia por parte de minorías". Frente a eso, cree que "el conflicto de ideas no daña la democracia, sino que la alimenta. La democracia se nutre de la confrontación de ideas y de la confrontación de proyectos. Cada extensión de la democracia ha tenido que ver con un conflicto, con alguien que ha dicho a mí eso me duele, y ha hecho de este dolor un dolor colectivo".
Transición y segunda Transición. Los dirigentes de Podemos siempre han hablado de "régimen del 78" en unos términos que han podido generar cierto enfrentamiento entre generaciones, una idea que Errejón intenta aclarar.
"No tenemos el menor menosprecio de las conquistas sociales, pero han sido cercadas o arrinconadas por una suerte de poderes privados que han conseguido salirse con la suya. Que estemos ante al final de un ciclo político no significa que la ciudadanía española haya impugnado lo que ha ocurrido durante ese ciclo, no es que la gente haya hecho una revisión para decir todo aquello no nos vale.. Ha dicho 'muy bien, todo aquello sirvió pero se ha cerrado'. La crisis del régimen democrático del 78, del sistema político y cultural y de los actores nacidos en el 78 no equivale a propugnar su derrumbe. Equivale a decir que esa es una etapa que se ha cerrado", afirma el secretario de Política de Podemos.
Reforma o ruptura. El mensaje que el partido pretende trasladar en su discurso es que "el acuerdo de país está roto", y que "el nuevo acuerdo tiene que hacarse por la mayoría social empobrecida y no conducido por la primacía que se ha enriquecido en los años más duro".
Errejón recuerda que, junto a las reflexiones sobre cambio y la brecha generacional "viene siempre ese debate que es tremendamente falso: ¿reforma o ruptura? Como si hubiera dos botones. El botón reforma y el botón ruptura. ¿Tú qué aprietas? En realidad nunca en la historia hay un proceso que sea solo reforma o solo ruptura", afirma.
"Todo proceso de transformación es una combinación de las dos cosas. ¿De qué depende de que haya más peso del factor ruptura o del factor reforma? De la fuerza de cada uno de los que empujan las cosas. No hay ningún proceso, por muy revolucionario que sea que sea ruptura total y que el lunes no tiene nada que ver con lo que era el domingo. Nunca pasa, se hereda siempre muchísimo más".
Y plantea una disyuntiva para cuando se cierre esta etapa: ¿Se abrirá otra por una suerte de restauración conservadora de la minoría que más tiene, o estará presidida por una transformación de signo democrático y popular?".
La socialdemocracia. Errejón duda de la utilidad de esta categoría en el debate político. "Prefiero hablar de democracia, un concepto fuerte, rotundo y vigoroso de democracia... Creo que tenemos que hablar más bien de democracia y de cuánto extendemos e intensificamos la democracia. Hasta dónde la llevamos. Se trata de robustecer una democracia que no deje a nadie atrás".
En su opinión, "es más útil entrar a esa disputa, a debatir lo que significa la democracia, un concepto sólido de la democracia, con todas sus consecuencias... No hay que olvidar que, cuando se inicia el 15-M, la palabra fuerza, el término fuerza de este movimiento es 'democracia', poniéndola en el centro del discurso".
Fuente: 'politica.elpais.com/politica/2015/06/05/actualidad/1433464230_116573.html'
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