Elvira Fernández Balboa, 'Viri' para su entorno más próximo, cumple este lunes 50 años con la discreción con que se comporta esta mujer en su vida, a pesar de ser la esposa del que, en teoría, más manda en España: Mariano Rajoy. Una de sus fans, Consuelo Font, aprovecha cualquier excusa para dejar su particular panegírico en el periódico donde le dejan escribir, El Mundo. Este es un extracto del (vomitivo) publireportaje.
Este lunes Elvira Fernández Balboa, la 'segunda dama' más 'invisible' que ha pisado La Moncloa, cumple 50 años, una década menos que su marido, el presidente Rajoy. No se espera que la austera 'Viri' celebre su medio siglo con grandes alharacas. Lo más probable es que organice una velada íntima y familiar, como viene siendo costumbre en la pareja presidencial.
Nacida en Pontevedra el 27 de abril de 1965, Elvira es la mayor de sus tres hermanos. Estudiante de Económicas en la universidad de Santiago, 'Viri' fue siempre buena alumna y una hija responsable que no dio problemas en casa.
Cuando en la Semana Santa de 1992 en el bar La Luna de Sanxenxo, ese soltero 'incazable' que era Mariano Rajoy le tiró los tejos, 'Viri' se encarnó de sopetón en princesa de cuento pequeñoburgués de provincias. El destino ponía a sus pies a un brillante registrador con una prometedora carrera en la política...
A raíz de ser nombrado sucesor por Aznar, los dos intentos frustrados de Rajoy por 'escalar' La Moncloa, permitieron al menos a 'Viri' prepararse para algo que ni en sus mayores fantasías hubiera concebido: ser 'segunda dama'.
Cuando en noviembre del año 2011, Rajoy ganó por fin las elecciones, la única concesión de Viri fue aparecer en el balcón de Génova para celebrar el triunfo del PP. A partir de entonces, decidió ser su apoyo en la sombra -"a mí no me han votado" se justifica-, aunque todos saben la gran influencia que ejerce sobre su marido, que no da un paso sin consultarle.
La pareja dejó su vivienda de Aravaca para trasladarse a La Moncloa, donde Viri asumió un rol inédito en sus antecesoras, como es el de encargarse en persona de gestionar su macrohogar monclovita. Fiel a la política 'pepera' de recortes, empezó pidiendo una lista de gastos para ahorrar, que se tradujo en usar los muebles del desván para decorar la vivienda y cambiar la decoración floral por plantas, más duraderas.
Más tarde, metió tijera a las recepciones, donde sustituyó los caterings externos por personal de Moncloa, que elabora en palacio las viandas, utilizando hasta los jamones que regalan a Rajoy por Navidad. Dicen que ha logrado recortar cerca de un 30% del presupuesto, algo de lo que se siente orgullosa, pues lo considera su granito de arena a la causa.
Su afán por el ahorro se lo aplica también a ella misma, ya que no tiene despacho propio, ni secretaria ni asesores de imagen... En los escasos actos a los que asiste, se maquilla ella misma, y su corte de pelo, a cargo de la peluquería Teatro Lab, lo mantiene fácilmente con un golpe de peine. A la hora de vestir, apuesta por ropa clásica que suele comprar en Uterqüe, Zara, o Hugo Boss, aunque a veces se da un capricho, como el modelo de Ángel Schlesser que lució en la proclamación de Felipe VI.
Otra de sus obsesiones es protegerse y proteger a su familia del llamado "síndrome de La Moncloa". En su afán de normalidad, a veces se escapa al cine, casi siempre a primera sesión para pasar inadvertida, pagando su entrada, y lo mismo hace si se acerca al museo del Prado o al Thyssen, donde hace cola para comprarla.
También se traduce en ese pacto que tiene con su marido de dedicar un día en exclusiva a la familia, que salvo compromisos inapelables, suele ser el domingo. Es el "gran momento" en que 'Viri', junto a los cuatro hombres de su vida, su esposo, sus dos hijos y el 'cuarto Mariano', el padre de Rajoy, que a sus 96 años reside con ellos en La Moncloa, consiguen ser esa familia normal que tanto añora.
Fuente: 'elmundo.es/loc/2015/04/27/553a825322601d9d018b4587.html
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